El poder de las materias.

El mercado de materias primas mueve miles de millones de dólares, haciendo millonarios en horas y a su vez arruinando a los que lo eran antes. Los avances en los medios de comunicación y los esfuerzos por una información transparente son significativos, pero hoy en día seguimos sin conocer mucho de este negocio ni de los poderosos que lo rodean, siendo algunos parte de las personas más adinerados e influyentes del mundo.


En este artículo nos centraremos en lo último: su influencia en la política, cómo surge y por qué. En concreto, el punto de mira estará sobre el mercado del petróleo, materia prima en boca de todos e indispensable para el funcionamiento de la economía mundial, así como recurso vital para determinados Estados, que concentran su poder en la exportación del crudo.

Será en estos Estados, normalmente vulnerables, en los que los comerciantes tendrán un peso mayor e influencia. Para entender esto es necesario dar un breve contexto del mercado mundial del petróleo y su evolución, poniendo el punto de partida en la caída de las conocidas como las Siete Hermanas. Estas eran empresas petroleras que operaban en Estados Unidos durante la época de los sesenta y que se caracterizaban por trabajar en forma de cártel, su nacimiento tuvo lugar tras el desmantelamiento por parte de la justicia estadounidense del monopolio creado por John D. Rockefeller, al que obligaron a diversificar en 7 empresas su compañía, la Standard Oil que, en aquel momento, controlaba el 88% del mercado.

                                  John D. Rockefeller, padre del negocio del crudo. (National Geographic)                                      

Fue en 1960 cuando el sistema se empezó a tambalear. La creación de la OPEP, promovida esencialmente por Venezuela, puso nuevos precios en el mercado internacional. Además, nuevos comerciantes de petróleo comenzaron a buscar distintos flujos de comercio, alejándose de las imposiciones de las Siete Hermanas, por lo que terminaron derribando el viejo sistema y estableciendo un nuevo orden económico.

Tras estos sucesos cuesta entender cómo se ha podido alcanzar tantísimo poder si, en teoría, el mercado se abría. Las dos razones principales son la información y la justicia. De un lado, la información en estos años era escasa e incluso los precios no eran conocidos en todos los sitios. Por el otro, la justicia no disponía de la legislación oportuna o directamente del conocimiento para actuar, por lo que los comerciantes de materias tenían, por aquel entonces, el ecosistema idóneo para hacerse millonarios, siendo el petróleo la forma más sencilla de lograrlo. 

Posteriormente, al finalizar la crisis del petróleo en 1973, el peso del mercado se centraba en el puerto de Róterdam, y eran los comerciantes los que, tras la ola de nacionalizaciones árabes, imponían el precio de mercado. En un mercado al alza, donde el barril pasó a costar entre 10 y 15 dólares, el juego de compraventa ascendía hasta ver cuándo explotaba, pero en el proceso, algunos hombres se hacían millonarios. Casualmente, la inmensa mayoría de estos puestos de responsables de mercado en las comercializadoras, eran y son ocupados por hombres, pero este matiz daría lugar a otro escrito totalmente nuevo. La ingente demanda de petróleo hizo que los comerciantes comenzaran a plantearse obtener recursos donde nadie miraba, es por ello que utilizaron a países con sanciones comerciales o incluso llegaron a subvencionar a rebeldes. Gracias a su impresionante capacidad de financiación (siempre respaldada por grandes bancos) fue como desarrollaron, sin quererlo, un enorme poder político.

Un caso paradigmático puede ser el de los petrodólares. Durante la Guerra del Golfo se impusieron sanciones a la compra del petróleo iraquí. Sin embargo, el desgaste de la guerra y la incapacidad de Sadam Huseín a la hora de encontrar financiación generaron una enorme hambruna en el país, ante lo cual, la ONU optó por crear el programa “Petróleo por alimentos”. Este programa consistía en conceder permiso para comprar petróleo a los iraquís a cambio de que el Estado se comprometiera a pagar alimentos y ocuparse de sus habitantes. Tras esto, los comerciantes más arriesgados, representados esencialmente en la empresa Marc Rich + Co. se aprovecharon de la situación: compraban cantidades ingentes de petróleo iraquí en un contexto de guerra y aumento de la demanda, consolidándose como favoritos a través de sobornos, los cuales, recordamos eran legales en muchos países por aquel entonces. Así es como, sin quererlo, los comerciantes financiaban a Sadam: Iraq, en un hábil movimiento, ajustaba cuentas y, el dinero que previamente destinaba a alimentos, pudo invertirlo de nuevo en la guerra.

                                                           Marc Rich y Sadam Huseín (Capital) 
                                                

Saliendo del mercado del petróleo, también existe una gran influencia en la política, siendo el caso más claro el del trigo. En el año 2010, empresas como Glencore (antigua Marc Rich + Co.) y también Cargill llevaban tiempo apostando al alza de precios del trigo a causa de unos informes que aseguraban un deterioro en los cultivos rusos, con lo cual se preveía una bajada en la oferta que inflaría los precios y les aseguraría grandes beneficios. Y así fue como sucedió, Rusia abandonó la exportación de trigo para asegurar su abastecimiento interno, dejando, esencialmente, a países árabes solos ante un mercado al alza y una sociedad enrabietada. El resultado lo conocemos hoy como la Primavera Árabe, donde las muertes se cuentan por miles de personas y uno de los mayores causantes, de manera indirecta, fueron estas compañías que lograron ver beneficio económico en el hambre.

En un ejemplo más reciente, y volviendo ahora al petróleo, durante la pandemia del COVID en el año 2020 el mercado del crudo estaba bajo mínimos y los precios había bajado un 30%, llegando a cifras nunca vistas desde la gran depresión. La escasez de demanda hizo que los productores estuvieran a punto de parar las máquinas, lo que supondría miles de despidos en todo el mundo. Sin embargo, los comerciantes se adelantaron a ello y comenzaron a comprar grandes cantidades de barriles para almacenarlos en grandes barcos petroleros durante el tiempo suficiente como para obtener beneficios cuando el precio subiese. Este movimiento logró movilizar el mercado e impedir el parón de producción, el cual hubiera ahondado aún más en la crisis que se vivía. Como vemos, no siempre ha sido negativa la actuación de los comerciantes.

En conclusión, podemos ver que hay grandes desconocidos que cambian, de manera indirecta, el curso de la política a nivel mundial. Ya hemos dado algunos nombres, pero a día de hoy destacan Glencore, Vitol o Cargill, siendo esta última la empresa privada más grande de Estados Unidos. Son ellas las que, aun hoy en día, y desde los 60, han influenciado todos los conflictos a nivel mundial: su entrada en África durante los 80, ampliaciones en América Latina… cuanto menor es la legislación y mayor es el beneficio, mayor será su participación. Aunque con el tiempo, gracias al aumento de la información, de las herramientas legislativas (principalmente por parte de los Estados Unidos y su presión mediante el dólar), y el auge de China en el mercado de las materias primas, además de la influencia de la ideología ecologista hacen tambalearse a estos gigantes. Aun con todo esto, es complicado imaginar una economía sin ellos, ya que se han caracterizado por su capacidad de adaptación a las circunstancias durante los últimos 60 años.

Por último, citar explícitamente la lectura El mundo está en venta (Blas y Farchy, 2022), que ha arrojado luz al asunto e inspirado este artículo por completo, sin este libro existirían muchas más lagunas de las que ya hay respecto al tema. 


                                                           Portada del libro El mundo está en venta (Amazon)

BIBLIOGRAFÍA

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