INDIA: UNA FRONTERA A PALOS

    El pasado miércoles 14 de diciembre se hizo viral en las redes sociales un vídeo de 2021 en el que se podía observar una pelea a palos (literalmente) en la frontera entre India y China, protagonizada por ambos ejércitos. Este video ha causado estupor por todas las redes, provocando risas y mofas por los medios empleados por dos ejércitos con capacidad nuclear. Sin embargo, la cuestión va más allá y esa disputa a palos representa un conflicto territorial de fuerte calado. Desde el Tablero, trataremos de explicar un conflicto con poco alcance, pero que marca la relación entre dos superpotencias, así como analizar la extraña política exterior que lleva a cabo la India. 

     El viernes 9 de diciembre, el Ejército indio anunciaba que tropas chinas habían superado la línea de control real (LAC) localizada en el Estado de Arunachal Pradesh, región de Tíbet del sur que pertenece a India (aunque el video que todos conocemos corresponde a 2021). El comunicado continuó diciendo que esta invasión había sido respondida y rechazada por militares indios, dejando varios heridos leves. Finalmente, oficiales militares de ambos países se reunieron para "tratar lo ocurrido de acuerdo con los mecanismos para restaurar la paz y la tranquilidad". Sin embargo, la tensión entre ambos países en esta zona es cada vez mayor, y un hecho que viene creciendo desde comienzos del siglo XX.

La línea en rojo muestra la LAC. La región en rojo donde se ha producido el altercado (Fuente: El Confidencial)

1. Historia del conflicto fronterizo

    Para entender el conflicto nos tenemos que retrotraer hasta 1911, en este año los intereses de la India (bajo el imperio británico) y de China sobre la zona tibetana de Tawang eran enormes. Tras la caída de la dinastía de los Qing en 1911, el Imperio británico convocó la llamada Convención de Simla, que tendría como objetivo principal solventar los problemas fronterizos entre China, la India británica y el Tíbet. En esta convención, Henry McMahon, secretario de Asuntos Exteriores de la India británica, propuso dividir el Tíbet en dos, marcada por lo que se conocería como línea de control real (LAC). Esto fue firmado por India y el Tíbet en secreto, ya que China lo rechazaba. Poco tiempo después, el Tíbet declaró nula la validez del Tratado, pero la cuestión quedaría así, formándose el organismo encargado de administrar estos territorios, la Agencia de la Frontera Nordeste (NEFA).

    En 1959, ya con la República Popular China formada, y con Mao Zedong al poder, este desplegó patrullas fronterizas. En respuesta, Jawaharlal Nehru, primer ministro indio, llevó a cabo una política militar aún más agresiva, siendo acusado de ocupar dos zonas del Tíbet (Migyitun y Tamaden) y aliarse con los independentistas tibetanos. La cuestión continuó con ataques de ambos bandos, alegando que la LAC era ilegal y que la verdadera línea divisora se había realizado en 1873, donde se le otorgaba el Tíbet completo a China. Esta cuestión sirvió como preludio de la famosa Guerra sino-india de 1962, que terminó con derrota para la India (perdiendo a 6.000 militares apresados o muertos), aunque la LAC no sufrió ningún tipo de modificaciones. 

Fotograma de las condiciones rocosas de la Guerra Sino-india de 1962 (Fuente: Mapsempire)

    En la década de los ochenta, tras un tiempo en calma, el conflicto volvió a surgir. De hecho, hubo graves amenazas por parte del presidente chino, Deng Xiaoping. En 1987, se declaró la zona de Arunachal Pradesh como estado indio, provocando un despliegue gigante de tropas de ambos países. Sin embargo, la presión de organismos internacionales, como la ONU, terminó por desactivar el conflicto y que se celebrara en Bum La la 8ª ronda de conversaciones. Tras años de conversaciones, finalmente, se llegó al Acuerdo sobre Medidas de Fomento de la Confianza en el Campo Militar (1996), mediante el que se creaban zonas de exclusión donde quedaban prohibidas las armas. 

    Desde entonces, el Ejército Popular Chino hace pequeñas incursiones en la zona e incluso la sobrevuela con aviones militares. Ante esto, India ha reforzado las fronteras y ha ubicado fuera de la zona de exclusión defensa antiaérea. Según datos del World Factbook de la CIA, China cuenta con dos millones de tropas en la frontera, mientras que la India cuenta con un 1.5 millones. A pesar del despliegue de tropas, hasta el pasado viernes, la situación parecía estar en calma a pesar de las pequeñas incursiones chinas.  Es curioso como, ambos países, considerados potencias nucleares mundiales (India con 160 ojivas o cabezas nucleares y China con 350), desenlazan sus conflictos con batallas a palos. No ha habido mejor momento, que para rescatar una frase de Albert Einstein en la que decía: "No sé con qué armas se peleará la Tercera Guerra Mundial, pero la cuarta será con palos y piedras".

2. ¿Por qué es el Tíbet tan importante?

    Como ya hemos explicado en el punto anterior, el conflicto en la zona tibetana que resultó para la India es latente e histórico. Sin embargo, hay que explicar la importancia de esta zona y el porqué China, a pesar de su gran magnitud, no la da por perdida. En primer lugar, hay que establecer que el Tíbet contiene multitud de recursos naturales y minerales, destacando el litio y el uranio. Sin embargo, el recurso más importante es el agua, puesto que de esta zona proviene la fuente de la mayoría de los ríos más caudalosos de Asia. Históricamente, la importancia de esta zona provenía de que la región actuaba como zona de entrada por la que entraba y salía todo el comercio chino. Sin embargo, en la actualidad, la importancia proviene del agua, y es que un panorama global incierto, con una posible escasez de agua, China podría aprovechar la gran cantidad fluvial que dispone este territorio. Por lo tanto, que el Tíbet esté dividido en dos y controlado por dos potencias, hace que China recele, y que aspire a controlar todo el territorio. 

Meseta Qinghai-Tíbet, la más alta y extensa del mundo, y una de las mayores fuentes y reservas de agua (Fuente: Wikipedia)

3. Relaciones bilaterales China-India

    India, con la llegada al poder de Narendra Modi, del Partido Popular Indio (BJP), ha tratado de no enzarzarse en problemas con su vecino China y asegurar una posición defensiva, ya que las buenas relaciones con el gigante asiático se encuentran en su programa internacional, cuestión que veremos posteriormente. A pesar de esta situación, las relaciones diplomáticas entre China e India parecen estar en su mejor momento. El liderazgo de ambos presidentes, Xi Jinping (China) y Narendra Modi (India), ha acercado a ambos países con la idea de convertirse en las máximas superpotencias mundiales. Las cumbres y reuniones entre miembros del Estado de ambos países han hecho llegar acuerdos con el fin de mitigar los conflictos ya explicados y relanzar las economías de ambos países. En un acuerdo, China se ha ofrecido a financiar el 30% del desarrollo de infraestructuras de la India. 

El presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro indio, Modi (Fuente: The Economic Times)

    Esta relación, que ya fue apodada en 2014 por el exministro Jairam Ramesh, como "Chindia", ha provocado reticencias en otros lugares del mundo, como Estados Unidos o Pakistán. En Estados Unidos, que India tenga de socios a Rusia y a China no ha sentado bien, aunque la intención de India se enfoca en mejorar las relaciones también con Estados Unidos, y Biden ya considera suficientemente preocupante la situación del país que preside o incluso el conflicto entre Rusia y Ucrania. 

    Como vemos, la política exterior llevada a cabo por el gobierno de Modi es algo confusa, puesto que podemos ver una doble cara en asuntos internacionales. Por un lado, trata de dejar atrás los problemas fronterizos con China, elevando su relación económica, pero también pretende acercarse a otras dos superpotencias, Rusia y Estados Unidos. Por otro lado, la posición del gobierno indio respecto a Pakistán no parece cambiar. Al igual que en China, India tiene problemas en la frontera con Pakistán, concretamente en Jammu y Cachemira, habiendo retirado el estado de semiautónomo de ambos sitios en 2019. Esta acción ha conllevado la pérdida de derechos humanos de los habitantes de esta zona, desde la negación de acceso a vivienda hasta detenciones y represión por parte de las autoridades indias. Esta cuestión ha avivado el espíritu de guerra que ya se tuvo en 1947, 1965 y 1999, donde estos países ya se enfrentaron por el mismo territorio. 

Soldados indios cerca de un avión que cayó en Cachemira (Fuente: NY Times)

    En este aspecto, la postura de Modi no parece cambiar y a día de hoy nos encontramos ante una de las fronteras más peligrosas del planeta, según el artículo de Humans Rights Watch. Respecto a la falta de derechos humanos, el gobierno indio ha evitado realizar declaraciones públicas. Por otro lado, el primer ministro indio ha tratado de priorizar las relaciones comerciales y elevar a India como superpotencia global, dejando atrás un conflicto centenario con China. ¿Supondrá este último ataque un cambio en este paradigma? Desde el Tablero os iremos informando. 



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