SUDÁN DEL SUR: VIAJES POR LA PAZ

Este viernes, el Papa Francisco aterrizaba en Yuba, capital de Sudán del Sur. Esta visita pontificia respondía a un fin mayor que el de cualquier visita: la pretensión de estabilizar el país. Es por eso que, en el artículo de hoy, hablaremos de los últimos años rocambolescos de este país africano, así como del presente y de lo que nos ha dejado esta cita. 

Sudán del Sur es un país ubicado en África septentrional. Con capital en Yuba, se presenta como el país más joven del mundo. Sin embargo, la espiral de violencia que ha vivido el país (y antes región) desde la década de los 70 parece nunca acabar, dada aquí la visita del Papa. El Pontífice se ha reunido en la Catedral de Santa Teresa de Juba con otros obispos, sacerdotes, diáconos y personas consagradas. A su vez, le han acompañado el líder de la iglesia anglicana, Justin Welby (arzobispo de Canterbury), el moderador de la asamblea general de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields y los líderes del país sudanés. El fin último era tratar de dar un mensaje de paz a través de la figura más importante del cristianismo, con la intención de que tanto población como políticos abandonen la rama violenta y decidan trabajar con el objetivo de encauzar el país. 

La visita ha sido aclamada por gran parte de la población, dado que según el último censo de 2011, el 70% de la población profesa la religión cristiana, por lo que se convierte en el núcleo principal de la sociedad sursudanesa. En esta jornada hemos podido ver cómo el Papa mencionaba con rotundidad la palabra “basta”, pidiendo tanto al gobierno como a los guerrilleros que asolan el país el fin de la violencia. A su vez, habló de la importancia del papel de la mujer, y como esta se presenta como la capaz de acabar con todos los problemas del país, donde están la corrupción (segundo en el ranking de percepción de la corrupción) y la pobreza, siendo el séptimo país más pobre del mundo (con un PIB per cápita de 1.495 $ según el Banco Mundial). 

Niño sursudanés da limosna al Papa (Fuente: 20minutos)

Sin embargo, la problemática no se resume en el presente, y podemos hablar de un país envuelto en violencia desde antes de su independencia en 2011. Para entender el conflicto, dividiremos el artículo en 3 partes, siendo protagonizada cada una por actores diferentes. Antes de esto, nos tenemos que retrotraer al periodo comprendido entre 1820 y 1881, donde Egipto conquistó y unificó Sudán, aunque sin conseguir ningún tipo de control sobre la región sureña. Los intentos por controlar esta zona fueron siempre en vano hasta 1898, momento en el que los británicos se alían con los egipcios para controlar el país entero, aunque el poder real lo tendrá la corona británica.

CONFLICTO NORTE VS SUR.

En 1953, se llegó a un acuerdo en el que se permitiría la independencia de Sudán. Esto se mantuvo hasta el 1 de febrero de 1956, donde finalmente Sudán se proclamó como un país independiente. A pesar de esto, la tensión entre Norte y Sur fue en aumento, desembocando en la Primera Guerra Civil Sudanesa. Esta guerra enfrentó al Estado de Sudán, que representaba al Norte, con un grupo rebelde llamado Anyanya, que representaba la región que hoy conocemos como Sudán del Sur. La guerra se saldó con 500.000 personas fallecidas en los 16 años que duró la misma, aunque solo 100.000 eran combatientes. En 1972, bajo la presidencia de Yaafar al-Numeiry, se firma un acuerdo entre ambas zonas, donde se le otorga cierto grado de autonomía a Sudán del Sur. Una de las diferencias más claras entre ambas zonas se basa en la religión, puesto que el norte estaba formado mayoritariamente por musulmanes frente a los cristianos sureños. 

La paz duraría hasta 1979, y es que en este año la empresa petrolera estadounidense Chevron descubrió pozos de petróleo en la zona perteneciente al Sur, momento en el que la autonomía que había sido concedida previamente llegó a su fin. En 1983, el presidente al-Numeiry declaró que todo Sudán se sometería a la ley musulmana (sharia), incluyendo a los cristianos del sur, a los que abolió su autonomía. Esto dio paso a la Segunda Guerra Civil Sudanesa. Esta guerra, a diferencia de la anterior, pareció tener un corto recorrido, pues en 1986 el presidente fue derrocado y se instauró un régimen civil en el que las negociaciones entre sur y norte eran el principal aporte. La ilusión de paz duró poco, y en 1989, se hizo con el poder Omar Al-Bashir con el apoyo de todos los frentes islámicos. A tal grado era el islamismo radical de la zona, que Sudán se convirtió en el refugio de grandes grupos yihadistas como al-Qaeda o ISIS.  

Omar Al-Bashir, presidente de Sudán desde 1993 hasta 2019 (Fuente: BBC)

En 2004, con un saldo de entre 1 y 2,5 millones de personas fallecidas (la mayoría civiles), se firman los conocidos como "Principio de Acuerdo de Abyei" entre el gobierno de Jartrum y el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (ELPS), principal organización armada de Sudán del Sur. En este acuerdo se fija celebrar en 2011 un referéndum. Mientras tanto, Sudán del Sur obtendría su propia Constitución y podría participar en la política nacional. En estos acuerdos, destaca John Garang, perteneciente al ELPS, quien trató de conseguir la paz entre ambas zonas. Este murió en 2005, y la cabeza del movimiento sursudanés la tomó Salva Kiir, quien será el presidente de Sudán del Sur hasta la actualidad. Finalmente, en 2011, en un referéndum donde participaron 4 millones de habitantes, se aprueba la independencia de Sudán del Sur, con Kiir como presidente constitucional y con capital en Juba. 

CONFLICTOS INTERNOS.

Los 39 años de guerra pesaban ya sobre la sociedad de ambos lados (es el país africano que más tiempo ha estado en guerra) y con la independencia esto parecía haberse acabado, pero no. En 2013, tras 2 años de independencia, comenzó la Guerra Civil de Sudán del Sur. Desde que el país se escindió de Sudán, tanto la calma como la economía iban avanzando en el país, sin embargo, tres factores desataron esta guerra civil: 
  • Las anteriores guerras dejaron un país subdesarrollado, con una gran pobreza y desigualdad, que terminó dejando un país rico en recursos naturales como uno de los más pobres, al amparo de actores internacionales. Sudán del Sur, como ya hemos detallado antes, es rico en petróleo. Es en las zonas más ricas de este mineral donde se están dando los principales conflictos, desembocando grandes puntos de violencia. Estados Unidos siempre ha aparecido como aliado del Estado (desde la primera guerra), pero China se posicionaba con la región norte. Sin embargo, el embajador francés ya ha dudado de las intenciones del país norteamericano, declarando que los intereses de Estados Unidos en Sudán del Sur se limitan al petróleo y a tener controlado a Sudán (donde han residido grandes grupos yihadistas). 
  • Tras la independencia, la unidad de milicias que formaron el ELPS durante la guerra ha llegado a su fin y se han escindido. Es aquí donde hay conflictos entre federalistas y regionalistas. Entre las tribus que defienden un país unido están los Dinka, quien ostentan el poder, los Nuer, etc. Por el otro lado, los que abogan por un alto grado de autonomía de las tribus, que pretenden obtener el control de todo lo relacionado con sus ciudadanos y se rehúsan a una patria común.
  • La rivalidad entre las dos grandes tribus de Sudán del Sur ha terminado en violencia extrema. Salva Kiir, presidente del país, perteneciente a la tribu Dika y Machar, otro líder del ELPS, que pertenece a la tribu Nuer, han transformado la rivalidad entre ellos en un conflicto entre dos tribus.
Salva Kiir (a la izquierda) y Machar (a la derecha) en un acto de reconciliación (Fuente: Vatican News)

En 2020, se firmó una Declaración de Paz en Roma, tras el fallecimiento de 400.000 personas y la extrema pobreza a la que se veía sometida el país. A pesar de esto, la situación parece continuar igual, y las escisiones dentro del ELPS no permite al gobierno llevar a cabo políticas, hablando de un bloqueo institucional nunca antes visto. 

EN LA ACTUALIDAD.

A día de hoy, el presidente del país sigue siendo Salva Kiir, a quien muchos tachan de autoritario, y es que la detención de periodistas o contrarios han hecho que estas acusaciones tengan una base firme. A su vez, muchos están empezando a dudar de su estado de salud, ya que hace 1 mes se publicó un video donde se podía ver cómo el presidente en medio de un acto se orinaba en los pantalones. A pesar de esto, el presidente no es uno de los mayores problemas. Las diferencias entre tribus han hecho que, a pesar de mantenerse en “paz”, el bloqueo institucional sigue vigente, sin poder solventar muchos los problemas que tiene el país. Entre estos podemos encontrar la crisis migratoria, donde, según datos de ACNUR, el conflicto armado ha desplazado a 4 millones de personas, donde el 65% de ellas no superan los 18 años. A esto se le ha unido la pobreza, y es que en la actualidad, se estima, que 8 millones de personas (un tercio de la población) necesitan urgentemente asistencia humanitaria y protección. 

Hospital de Kodok en Sudán del Sur (Fuente: Cruz Roja)

Estamos, en toda regla, ante la crisis humanitaria más importante de África (hablando de números), en uno de los países más pobres, donde se ha instaurado tanto el miedo como la violencia, y esta última como sistema para actuar, dejando un país altamente volátil. Sin embargo, en 2024, se celebrarán las primeras elecciones desde 2011, momento en el que podríamos llegar a ver el desenlace de alguno de los conflictos de los últimos años. Dese el Tablero, os tendremos informados de todas las noticias. 



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