Alemania, Zeitenwende y tanques.

Los tiempos cambian e incluso la sólida Alemania se ve obligada a desplazarse con ellos. Hasta ahora, y por las razones históricas que todos conocemos, el país había decidido mantener una política armamentística de las más tímidas, relegándose voluntariamente a un segundo plano dentro del sector bélico. Sin embargo, los sucesos acaecidos en Ucrania han provocado una nueva reacción en Berlín, que ha decidido revolucionar su doctrina. Hoy, desde El Tablero, daremos unas notas sobre este revulsivo en política exterior, además de comentar los últimos sucesos que están poniendo en tela de juicio a un ya constantemente vigilado Olaf Scholz.

¿Qué es la Zeitenwende?

Zeitenwende, que es como se conoce a este proceso revulsivo, significa “cambio de era”. Este vocablo de tal relieve fue anunciado por Olaf Scholz, el canciller alemán, en febrero, sólo tres días después de que Vladímir Putin entrara en Ucrania. Para que nos hagamos una idea de su relevancia, debemos destacar que "Zeitenwende" se convirtió en la palabra del año en Alemania. 

Olaf Scholz (Hoy).

Alemania, como veremos a continuación, ha basado su política exterior en el multilateralismo y siempre ha puesto el foco en los negocios y la materia económica. Ha sido un fiel defensor de la diplomacia, pero la cuestión ucraniana ha obligado a Berlín a analizarse a sí mismo y entender que, tras la “tranquilidad” que ha vivido el Occidente europeo desde el fin de la Guerra Fría, los Estados vuelven a moverse en términos bélicos. 

Scholz, como hemos explicado, abrió la puerta a un aumento sin parangón del presupuesto militar, elevando así su posición militar a la que le correspondería según su poderío económico. Además, las actuaciones militares contra Kiev han provocado un debate prácticamente diario tanto en el seno del parlamento alemán como en los medios de comunicación sobre esta mano ancha alemana para los negocios que, por ejemplo, implican que Pekín sea el primer socio comercial de Berlín. La forma de relacionarse entre Estados parece estar cambiando y para ejemplificarlo tenemos declaraciones como las últimas suscitadas por la Unión Europea, quien reconoce en China a un socio comercial difícil de ignorar, pero que a su vez constituye un peligro autoritario. Además, ya hemos comprobado las difíciles ataduras a las que uno se apunta si decide comerciar con Putin en materia energética.

El cambio no ha ocurrido únicamente en Alemania, pues el ataque de Putin ha conseguido también hacer virar a Suiza desde la neutralidad hacia el apoyo indirecto a Ucrania (al imponer por primera vez sanciones a Rusia) o incluso cambiar la política de defensa de países como Suecia. Toda Europa, con sus más y sus menos, ha cambiado de posición a lo largo del año pasado, con el foco siempre en lograr la unanimidad y el consenso de acción. 

¿Por qué Alemania es tan débil en términos armamentísticos?

Hay una curiosa anécdota que puede ayudarnos a introducir este punto. En 2014 se iniciaron unas maniobras en Noruega organizadas por la OTAN. A un ensayo, el ejército alemán se presentó con palos de madera pintados de negro que simulaban ser armas, cuáles niños, pues no contaban con fusiles suficientes para todos. A todos nos sorprende que Alemania, la cuarta potencia económica mundial, se presente tan pobre en un sector tan importante como el defensivo. 

Alemania ha mantenido históricamente una política totalmente diplomática, llegando al punto de no sumarse a ninguna acción militar que no contara con el apoyo de Naciones Unidas. A modo de ejemplo, no quiso sumarse a la intervención conjunta que EE.UU., Reino Unido y Francia protagonizaron en Siria en busca de las armas químicas de Bashar al Asad. De hecho, uno de los mayores puntos de conflicto entre Berlín y Washington ha sido en el ámbito militar, pues, aunque casi ninguna de las primeras potencias europeas cumplía la promesa de dedicar un 2% de su PIB a Defensa, Alemania estaba por detrás de potencias similares como Reino Unido o Francia (un 2,14% y un 1,79% respectivamente frente al 1,22% alemán en 2018). Como es evidente, estas cifras han cambiado en los últimos años.

Trump fue un duro crítico de la doctrina alemana (ShareAmerica).

Ya hemos comentado las evidentes razones históricas que llevan a Alemania a taparse los oídos cuando se habla de armas. El recuerdo sigue siendo cercano y, tras la reunificación alemana, la primera gran actuación fue incluso disolver el ejército de la RDA. Desde entonces, Berlín únicamente ha participado en misiones de paz (no del todo libre de polémicas, como por ejemplo ante la muerte de civiles en Kunduz). 

¿Fracaso o revolución lenta?

Los anuncios suelen ser apoteósicos y llenos de emociones, pero la puesta en práctica es mucho más compleja. Estamos hablando de un giro histórico que está siendo analizado por un sinfín de especialistas en la materia, por lo que cada paso está medido al milímetro. Hasta ahora, la operación de rearme parece estar siendo un fracaso. Durante este año hemos visto como Scholz dudaba cada movimiento en relación a Ucrania. Mientras los pequeños y mucho más pobres países de Europa oriental se sumaban a la entrega de armamento, Berlín provocaba sorpresa al anunciar el envío de miles de cascos a Ucrania como si de una entrega espectacual se tratase. El alcalde de Kiev, de forma irónica pero a la vez enfurecido, bromeaba con que Scholz puede que para la próxima entrega les regalara almohadas. 

De hecho, todos hemos podido comprobar como una tímida Alemania, que ya hemos destacado que siempre se ha caracterizado por regir sus relaciones exteriores en base a la diplomacia y las ataduras económicas bilaterales, esperaba la reacción del resto de países europeos para mover sus fichas. Los problemas alemanes no han quedado en las meras operaciones de suministro, pues Scholz ha estrenado el 2023 con la dimisión de su ministra en Defensa, uno de los principales asientos dadas las circunstancias geopolíticas. 

Cristine Lambrecht, la que había sido hasta ahora la ministra de Defensa, decidió renunciar tras arrastrar polémica tras polémica durante el año pasado. La ya exministra protagonizó la mofa de varios tertulianos tras reconocer que desconocía los rangos militares, pero los ciudadanos alemanes tampoco olvidan cuando llevó a su hijo en helicóptero militar. Cuando Scholz formó su gobierno, el puesto de ministro de Defensa no era un cargo excesivamente relevante, pero Putin lo ha elevado y colocado en el foco de cada reunión entre ministros. Como es evidente, la exministra también es culpable de no dar el suficiente impulso a este cambio de era con el que Scholz se llenó la boca. Contando con más de 100.000 millones de euros desde el anuncio de Scholz, a 11 meses de la noticia no ha sabido gestionar ni aplicar prácticamente ni una porción de este.

Christine Lambrecht (BBC).

Su sucesor ha sido Boris Pistorius, un hombre que tampoco tiene experiencia en Defensa pero que destaca por ser un "gran fontanero de la administración alemana", quien tiene la importante tarea de gestionar el presupuesto extraordinario de 100.000 millones de euros que Scholz prometió al anuncio del Zeitenwende. Su predecesora no consiguió apenas movilizar este paquete que se ha de destinar a la compra de aviones, drones y equipamiento para conseguir aupar la posición alemana en términos bélicos. 

Boris Pistorius, el nuevo fontanero-ministro (El Mundo).

Sin embargo, el nuevo ministro se enfrentaba hasta ayer a un problema a corto plazo de mayor relieve. los suministros a Kiev. Ya hemos comentado que Alemania se ha caracterizado hasta ahora por ser tímido cuando se habla de exportaciones a Ucrania, pues siempre ha esperado a que fueran otros Estados los que movieran primero sus peones. Concretamente, ahora nos referimos a los Leopard alemanes, unos tanques que están acaparando los periódicos de todas Europa. De esta forma, abrimos el último capítulo de este artículo, con el que pretendemos contextualizar esta crisis de los tanques, a pesar de que los titulares pueden cambiar de un día a otro. 

La crisis de los tanques.

Desde el inicio de la guerra se ha especulado sobre cuál era la reacción que Putin esperaba de los Estados europeos tras el inicio de la invasión. Se suele destacar que el primer hombre de Moscú esperaba enfrentarse a una Unión Europea dividida, caótica y con escasa capacidad para promover actuaciones concertadas. Sin embargo, desde Bruselas y el resto de capitales se han ido sucediendo respuestas, sanciones y entregas de armamento a Kiev, cada vez de mayor grado y relevancia. Como destacamos, los envíos a Ucrania se han ido acrecentando en importancia, siendo movimientos acorde a la realidad a pie de batalla, donde Zelenski ha ejecutado una contraofensiva e incluso recuperado posiciones importantes. En la actualidad, desde el frente, reclaman el envío de tanques pesados con los que poder proseguir con las rutas de ataque, que se ven amenazadas ante el parón en las trincheras y una posible contraofensiva rusa en primavera. 

Zelenski reclamaba principalmente los Leopard 2, unos tanques de fabricación alemana que, de hecho, se diseñaron a modo de réplica contra los T-90, los conocidos tanques rusos que Putin ha liberado en el frente. Estos tanques han sido entregados por Berlín a un sinfín de países europeos, por lo que Alemania no es la única exportadora que podría saciar los deseos de Ucrania (de hecho, se calcula que hay unos 2.000 desperdigados por bases de otros países europeos). El problema es que Scholz puede vetar la exportación de estos tanques de terceros países como Polonia, país con el ferviente deseo de llevar a cabo la entrega. 

El ansiado Leopard 2 (El Mundo).

Durante estas semanas, el debate ha ido arrinconando a Berlín, quien argumentaba que no quería ser la única potencia en enviar tanques a Kiev, pues pensaba que le pondría en la diana de Putin. Por ello, reclamaba un envío comunitario, para así disipar el nombre de naciones concretas y poder dificultar posibles represalias o señalamientos desde Moscú. Sin embargo, tras diversas reuniones (la má destacada en Ramstein), la intención de otros países de re-exportar los Leopard han dejado claro a Alemania que no estaría sola en el envío. De hecho, la presión no viene únicamente desde el exterior, pues incluso dentro de la coalición los Verdes y los liberales (FDP) empujan a Scholz hacia la exportación. 

Reunión en Ramstein (RTVE).

¿Por qué Alemania es reticente al envío de estos tanques? Argumentan, principalmente, que esta entrega podría contribuir a una escalada sin igual en el campo de batalla ucraniano, pudiendo Putin llegar a considerar que la OTAN es "parte de la guerra", derivando en consecuencias inimaginables. Además, esto supondría un coste de recursos dentro del ejército alemán, el cual sabemos que está reinventándose, pero que todavía tiene carencias y un largo camino por delante. Por último, debemos hablar en términos electorales. Diversas encuestas anuncian que un 46% de los alemanes estarían a favor del envío, pero del lado contrario se colocaría un 43%. Con los conservadores de CDU liderando las encuestas tras sobrepasar a la socialdemocracia de Scholz, cualquier movimiento de este tipo puede ser su tumba electoral. 

Hasta ayer, Berlín se mostraba cauto (así ha sido su política desde décadas) y valoraba cada paso. Sin embargo, los ministros alemanes ya se vieron obligados tras la reunión en Ramstein a permitir que, si algún país pedía a Alemania el permiso necesario para poder enviar sus propios tanques Leopard, el ejecutivo alemán lo permitiría. Tras constatarse que Alemania no iba a estar sola en la entrega, EEUU acabó ayer de dar la última estocada. Desde diversas fuentes de ambos gobiernos se comenzó a sugerir la idea de una gran coalición. Finalmente, Alemania va a permitir el envío de Leopards por parte de terceros países, a los que sumará uno de sus propios destacamentos. La razón última de su confirmación viene gracias a Biden, quien a cambio del "sí" alemán ha prometido enviar una treintena de Abrams, tanques pesados estadounidenses, también a suelo ucraniano. De esta forma, con EEUU y Alemania a la cabeza, varios países finalmente enviarán esta poderosa arma al frente, hecho del que deberemos comprobar su eficacia. Desde Kiev solicitaron la entrega de 300 unidades, pero diversos think tanks calculan que con unos cien sería suficiente para provocar un verdadero revulsivo en el campo de batalla, por lo que los países occidentales ya han iniciado conversaciones para, entre todos, intentar alcanzar esta cifra.

En conclusión, el cambio de era que Alemania está intentando llevar a cambio parece mucho más complicado desde aquel anuncio de hace casi un año. Scholz tiene un largo camino, pero es evidente que está en medio de un proceso histórico para su país. La gestión de esos cuantiosos presupuestos es clave, pero también su actuación al frente de la cuestión ucraniana. Seguiremos analizando los próximos movimientos del tablero. 

Biliografía. 

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• Sevillano, E. G. (2023a, enero 16). Dimite la ministra de Defensa de Alemania, Christine Lambrecht, por su gestión de la ayuda militar a Ucrania. El País. https://elpais.com/internacional/2023-01-16/dimite-la-ministra-de-defensa-de-alemania-christine-lambrecht.html 
• Sevillano, E. G. (2023b, enero 20). Alemania se resiste a enviar tanques Leopard a Ucrania pese a la presión de los aliados. El País. https://elpais.com/internacional/2023-01-20/alemania-se-resiste-a-enviar-tanques-leopard-a-ucrania-pese-a-la-presion-de-los-aliados.html 
• Sevillano, E. G., & Sahuquillo, M. R. (2023, 24 enero). Alemania y Estados Unidos se disponen a enviar tanques pesados a Ucrania. El País. https://elpais.com/internacional/2023-01-24/alemania-enviara-sus-propios-tanques-leopard-a-ucrania-y-autorizara-la-exportacion-de-los-polacos-segun-der-spiegel.html
• Vozpópuli. (2023, 23 enero). ¿Por qué Alemania no quiere enviar carros de combate Leopard a Ucrania? Vozpópuli. https://www.vozpopuli.com/internacional/por-que-alemania-quiere-enviar-tanques-leopard2-ucrania.html