Ecofascismo: ecologismo con espinas.

Pocos habrán sido los que hayan escuchado el término “ecofascismo”, pero aquellos que sí lo hayan captado deben de haberse quedado petrificados en un primer momento. Este concepto parece reunir dentro de sí dos corrientes incluso contradictorias. ¿Ecología y fascismo? ¿Realmente pueden estar juntas?



Hoy, bebiendo principalmente de la obra de Carlos Taibo, os traemos un artículo sobre el ecofascismo, una corriente ideológica (si es que realmente puede llamarse así) muy interesante que nos permitirá reflexionar sobre el futuro político.



¿Qué es el ecofascismo?

El ecofascismo, como decimos, es una especie de corriente ideológica que, aunque en la actualidad su presencia es ínfima o incluso nula, ha sido muy teorizada en estos últimos términos. Esta vendría a hablar de un futuro en el que el cambio climático ya ha mostrado sus peores consecuencias, por lo que aspectos como la reducción de las materias primas obligarían al poder a consolidarse y organizarse de otra forma, basando así su nuevo sistema en una especie de totalitarismo (represión, propaganda, etc.) junto con unos ideales claramente ecológicos. En definitiva, sería un nuevo escenario en el que el poder se transformaría para seguir sosteniendo “su estilo de vida, acaparando recursos a costa de que mucha más gente no pueda acceder a los mínimos materiales de existencia digna” (Ecologistas en acción, 2014).

Ese autoritarismo se vería necesario dado que, ante el viraje catastrófico causado por el cambio climático, haría falta una especie de “mano dura” que supiera dirigir y controlar las actuaciones de los ciudadanos. Se entendería que estos ciudadanos no deben/pueden actuar con total libertad, pues no son conscientes o incluso ignoran de forma voluntaria el deterioro climático que sus actividades provocan.

Debemos especificar a qué se refieren los teóricos al hablar del ecofascismo. El fascismo es un término que hoy en día se emplea vulgarmente, desdibujando y vaciándole de contenido. Hablamos de ecofascismo, pero no estamos hablando de una nueva corriente que siga al pie de la letra los principios que Hitler o Mussolini trazaron. De hecho, no todas las dimensiones o caras del fascismo serían posibles dentro de un mundo ecofascista. Si se acabara aplicando este modelo, tendría algunos de los rasgos más característicos del totalitarismo, pero no todos (lo veremos más adelante). 

De hecho, otra cuestión relevante es que la ecología suele ubicarse dentro del contenido ideológico de la izquierda, dado que el fundamento primario del ecologismo sería la limitación y reducción de la actividad productiva de las empresas, rebajando considerablemente los beneficios de las grandes organizaciones. Sin embargo, el ecofascismo vendría a ser el fenómeno por el cual esas élites económicas se habrían percatado de que esas medidas verdes son necesarias en el presente para poder preservarse a futuro. En definitiva, tendrían como fin último preservar el medioambiente, dejando los derechos y bienestar de ciertos colectivos en un segundo plano. Tenemos un sinfín de representantes de la derecha radical que critican el ecologismo o que no sólo bordean el negacionismo, como pueden ser Bolsonaro o Trump. Sin embargo, también están surgiendo voces desde la derecha que atienden a la cuestión climática, como Le Pen, quien emplea el debate ecológico y demográfico para acabar sustentando una posición contraria a la inmigración (uno de los puntos más relevantes del ecofascismo, lo veremos).


Ecofascismo, algo no tan nuevo.

Aunque pueda parecer extraño, la conjunción entre fascismo y ecología ya ha sido practicada antaño. Carlos Taibo habla en su obra de dos fenómenos principales: la Alemania de Hitler y la colonización. Veamos. 

El ideario nazi es el mejor ejemplo de ecofascismo. Todos conocemos su teoría de las razas, que elevaba al alemán por encima de otras tantas, mereciendo por ello más derechos. Pues bien, a raíz de estas ideas, se creía que, por ello, el Estado debía preservar el territorio donde el alemán vivía, pues era la única forma de que este pudiera vivir y desarrollarse. Dentro del nazismo existía la ideología Blut and Boden (sangre y tierra), corriente que exaltaba la identidad alemana no sólo a partir de la ascendencia, sino también de la tierra. Existiría, por tanto, una vinculación muy importante entre la identidad y la tierra que el alemán ocupa y cultiva, razón de más para preservar el territorio. En conclusión, hablamos del nazismo como un fenómeno que, a partir de ciertas teorías ambientalistas, detrás exponía cierto nacionalismo racista que permitía la justificación de sus horribles prácticas. 

También es conocida la corriente verde que el nazismo tenía entre sus filas. Hitler fue promotor de cierta legislación ecológica que se justificaba y era aceptada por lo expuesto anteriormente, pero nos ejemplifica a la perfección cómo la relación entre nacionalismo y ecología pueden ir de la mano. 

En segundo lugar, Taibo habla del colonialismo, más que como una experiencia ecofascista, como un fenómeno con bases, prácticas y consecuencias muy similares. El colonialismo vendría, al fin y al cabo, a constituirse en su forma primaria como una práctica de acaparamiento de los recursos económicos de los colonizados. De nuevo, las materias primas vuelven a ser el pilar de la teoría. No ante un escenario de escasez, pero sí de necesidad, tanto el colonizador como el ecofascista promueven una forma de poder en la que una clase alta o élite cree incluso ser merecedor de las materias y recursos de una especie de clase menor (los colonizados en el caso del colonialismo, los ciudadanos de países del tercer mundo en un futuro). La clave en este punto es la creación de argumentos por parte de la élite para autojustificar estas prácticas. 

Ambos fenómenos, como hemos podido leer, materializan a la perfección la vía que una práctica totalitaria podría llevarse a cabo. El ecofascismo, detrás de toda esa “justificación verde” también conllevaría ciertas actividades de corte autoritario que incluso llegarían a ser defendidas como el mejor método de preservación del medioambiente. Ahora veremos algunos de los rasgos que el ecofascismo podría acabar presentando.

¿Qué podría llegar a ser?

A lo largo del artículo hemos ido mencionando ya algunos de los principales rasgos que el ecofascismo podría mostrar en el futuro. Debemos ser cautelosos, pues no deja de ser una teoría a futuro, por lo que el fenómeno, si es que llegara a darse, podría tener alguna cara más o menos de las que aquí comentaremos. 

Uno de los pilares sobre los que podría asentarse el ecofascismo sería la escasez de materias primas. Ya hablamos de la relevancia de las materias primas en el pasado, llegando a la conclusión de que estamos ante un mercado clave y, sobre todo, el sustento del sistema mundial. En un escenario en el que estas empezaran a ser menos, una de las vías del poder podría ser el aumento de sus propias capacidades para organizar la gestión y adquisición de este. Hablamos de que una élite de ciertos Estados occidentales podrían reunirse y, bajo la premisa del ecofascismo, dar inicio a unas prácticas totalitarias que podrían llegar al extremo de explotación de los ciudadanos de países del tercer mundo (recordemos la idea de la colonización). Taibo comenta en su obra que hay varias opciones de ecofascismo, destacando que se podría dar de forma individual (que surja dentro de un Estado) o internacional (en el sentido de que varios países occidentales se “alíen” por encima de sus territorios). De una forma u otra, una vía totalitaria se elevaría para subyugar a ciudadanos e incluso Estados fuera de su círculo.

Como era evidente, la inmigración está dentro de la esencia ecofascista. El debate sobre la inmigración ya es uno de los más relevantes para las fuerzas derechistas, pero este podría llegar al extremo del ecofascismo. La sobrepoblación se calcula que podría ser uno de los mayores problemas a los que el planeta se puede enfrentar en el futuro (ya está siendo así en algunas partes concretas), hecho que además se relaciona con la escasez de recursos. Un discurso a favor de controlar la reproducción (eugenesia) de ciertas clases sociales o incluso de pueblos de otros países podría fácilmente surgir en el marco ecofascista, pudiendo llegar al extremo de mencionarse el exterminio como un fenómeno necesario para que el resto de la población pudiera mantenerse. 

Todas estas actividades se verían enmarcadas bajo un aparato estatal muchísimo más poderoso del actual, el cual se habría blindado gracias a un mecanismo militar y de represión que pudiera acallar las voces internar que no hayan aceptado el relato del ecofascismo. Además, la fuerza sería incluso más necesaria de puertas para fuera, donde habría que subyugar y controlar a los explotados. 

A raíz de lo escrito ya podemos intuir que bajo el ecofascismo se instalaría una u otra forma de racismo encubierto. A este también debemos sumar un poder mediático y propagandístico inmenso, como es evidente. Estos son sólo algunos de los rasgos y algunos de los puntos del ecofascismo. Os invitamos de nuevo a la lectura de Carlos Taibo, en la que también habla de la pandemia como antecedente o lo relaciona con la interesantísima teoría del colapso.


Bibliografía. 

  • Berrueta, J. (2019, 13 julio). El Tercer Reich fue el primer país ecologista: así protegió Hitler el medio ambiente. El Español. https://www.elespanol.com/cultura/historia/20190713/tercer-reich-primer-ecologista-protegio-hitler-ambiente/413209086_0.html 
  • Castañeda, I. (2021, 16 mayo). ¿Qué es el ecofascismo? Beers&Politics. https://beersandpolitics.com/que-es-el-ecofascismo 
  • Castellano, C. (2021, 22 marzo). La amenaza creciente del ecofascismo. El Español. https://www.elespanol.com/mundo/20210322/amenaza-creciente-ecofascismo/567063299_12.html 
  • Ecologistas en acción. (2014). Ecofascismo. Ecologista, 83. https://www.ecologistasenaccion.org/29042/ecofascismo/ 
  • Montagud Rubio, N. (2020, 25 septiembre). Ecofascismo: qué es y cómo se expresa en tendencias políticas e ideolóficas. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/cultura/ecofascismo 
  • Sopena, E. (2020, 27 enero). El colmo de los despropósitos: Hitler ecologista. El Plural. https://www.elplural.com/opinion/el-colmo-de-los-despropositos-hitler-ecologista_220519102 
  • Taibo, C. (2022). Ecofascismo: Una introducción. Los Libros de La Catarata.

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